domingo, 17 de octubre de 2010

Mi mundo gris oscuro casi negro*

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Randolph Nesse, un psicólogo e investigador en medicina evolutiva de la Universidad de Michigan, compara la relación entre la depresión leve y la clínica con la que existe entre el dolor normal y el crónico. La hipótesis de Nesse es que, análogamente al dolor que te impide hacer actividades físicas que te dañan, el estado de ánimo bajo hace que dejes de hacer actividades mentales dañinas, particularmente, perseguir metas inalcanzables. Perseguir estas metas es un gasto de energía y recursos. Por lo tanto, según Nesse, es probable que exista un mecanismo, consecuencia de la evolución de la especie, que identifique determinadas metas como inalcanzables e inhiba su persecución. El estado de ánimo bajo sería al menos parte de ese mecanismo.

Es una hipótesis ingeniosa pero, ¿es cierta? Un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology sugiere que puede que lo sea. Carsten Wrosch de la Universidad Concordia (Canadá) y Gregory Miller de la Universidadde British Columbia (Canadá) concluyeron que chicas que habían experimentado síntomas leves de depresión podían desengancharse más fácilmente de las metas inalcanzables. Esto apoya la hipótesis de Nesse.


Además, en aquellas mujeres que podían desengancharse de lo no conseguible les era menos probable sufrir depresiones graves en el largo plazo.

Los síntomas leves de depresión pueden verse como una parte natural de la gestión del fracaso en los adultos jóvenes. Aparecen cuando se identifica una meta como inalcanzable y llevan a una bajada de la motivación. En este período de baja motivación se ahorra energía y se uniformiza la percepción.

Significativamente se produce una homogeneización del mundo pero, además, investigadores de la Universidad de Friburgo (Alemania) encabezados por Ludger Tebartz van Elst sustentan la idea de que, cuando se está deprimido, efectivamente todo se percibe sensorialmente como gris.

El equipo de Tebartz van Elst ha empleado técnicas neuropsiquiátricas y oftalmológicas para centrarse en la respuesta de la retina a los contrastes blanco-negro. Concretamente midieron el electroretinoma de patrones (que usa modelos de rejillas en vez de flashes de luz), que es como un electrocardiograma de la retina del ojo, tanto en pacientes depresivos como sanos.

Encontraron una importante pérdida en el contraste en la retina en los pacientes deprimidos, independientemente de si habían estado recibiendo o no medicación antidepresiva. También pudieron comprobar que existía una correlación entre el contraste percibido y la gravedad de la depresión, es decir, aquellos con los síntomas más severos tenían también las repuestas retinianas más bajas.

El dicho afirma que en la variedad está el gusto. El deprimido deja de percibir al menos parte de la variedad que su entorno le ofrece, haciendo de su mundo un lugar menos agradable. Ahora bien, nadie dijo que en realidad tuviera que serlo.
*Gris oscuro casi negro: descripción de los agujeros negros por Stephen Hawking en 1974

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